Cada mañana me levanto e intento salir a correr, a oxigenar el cuerpo y la mente, a sentir mi cuerpo y prepararlo para una, confío, larga vida llena de salud.

Tengo claro que si no dedicas un mínimo de tiempo diario (o casi diario) a tu salud, te acabará pasando factura, de una u otra manera, antes o después.

Muchas personas siempre encuentran excusas o cosas “más importantes” que hacer que cuidar nuestro cuerpo. Creemos que pasar una hora más en el trabajo, dedicarse por completo a la familia o ver la televisión son acciones que están bien y que es lo que tenemos que hacer. La sorpresa está cuando después de varios meses, e incluso años, olvidándonos de nosotros mismos o de cuidar nuestro cuerpo nos damos cuenta que no podemos más, que el camino se hace demasiado cuesta arriba y que necesitamos parar.

No solo el hacer deporte te trae una vida con más salud , mayor agilidad y menor sobrepeso, lo que también te trae es una capacidad de relativizar los problemas, de gestionar mejor el estrés, de encontrar nuevas soluciones a los mismos problemas, de pensar desde otra perspectiva.

Para mi, salir a correr cada mañana es una forma de vida, es una forma de entenderla; es, como me gusta decir, “My Thinking Lab”. Me permite saber que cada día, pase lo que pase, ese tiempo es mío y de mi salud, de mi mente y mis pensamientos. Me permite enfocar cada día con una vitalidad y energía difícilmente replicable con nada.

En mi caso se trata de correr pero cada uno debemos de encontrar aquello que nos guste y nos motive, que nos anime a levantarnos y disfrutar, que no permita vibrar y ser más felices.

Si todavía no lo has encontrado aún estás a tiempo. Levántate, sal a darte una vuelta en bici o a caminar, piensa en tus gustos y tus posibilidades, el tiempo del que podrías disponer y el dónde. Una vez que decidas, comienza poco a poco y sin agobios. Y muy pronto, antes de lo esperado, habrás encontrado:

“Your Thinking Lab”.