Cuando hablamos de la Conciliación Deportivo-Laboral no solo hablamos de deporte y oficinas, de actividad física y trabajo, de sudar y ordenadores, hablamos también de una combinación que envuelve muchos más factores que nos van a permitir llegar a esa conciliación permanente y diaria.

¿Cuántos de vosotros tenéis dificultades si queréis llegar media hora más tarde al trabajo para poder entrenar a primera hora, cargar las pilas y llegar con energía a tope, dispuesto para tu jornada laboral? ¿A cuántos de vosotros no os queda tiempo en el día entre las interminables jornadas laborales y el tiempo dedicado (y perdido) en los desplazamientos? ¿Cuántos de vosotros valéis más en el trabajo por las hora presenciales que echáis que por los resultados que obtenéis? Si os veis reflejados en alguna de ellas, entenderéis mejor a que me refiero.

En una sociedad donde las distancias al trabajo en las grandes ciudades aumentan cada día (robando un tiempo precioso a cada día), las tareas de las casas están cuando llegamos de vuelta y donde las nuevas tecnologías nos permiten estar conectados trabajando en cualquier momento y lugar, ¿Por qué se hace tan difícil conseguir esta flexibilidad en el trabajo? Continuamente escuchamos a colegas de trabajo y amigos que nos comentan sus dificultades sobre este tema, la obligación de llegar y salir de sus empresas a determinadas horas, la rigurosidad de determinadas normas y la falta de confianza en la gestión por objetivos y no por horas trabajadas.

Todos estos puntos, y algunos más, impiden poder tener y disfrutar de una correcta conciliación familiar-laboral y mucho menos una conciliación deportivo-laboral.

Ante este panorama, debemos de animar y fomentar la confianza dentro de las empresas. Una confianza en unos empleados que saben gestionar su tiempo correctamente, en base a unos objetivos claros y definidos (tanto en lo cuantitativo como en lo temporal), en base a las necesidades de la empresa y sus proyectos en marcha. Una confianza basada en los resultados y no en horas presenciales (si está en la oficina, está trabajando). Una confianza clara y sincera en los nuevos profesionales del siglo XXI.

Esta confianza plena en el empleado, este dejar hacer y administrar con flexibilidad su tiempo diario, también es conciliación deportivo-laboral. Permitirá al trabajador optimizar cada día en base a su familia y trabajo, a la vez que conseguirá, a buen seguro, encontrar el tiempo para su actividad física. En definitiva, podrá convertirse en un Deportista Laboral.

Si eres manager de un equipo o propietario de una empresa, te animo a que pruebes a confiar y a permitir flexibilidad, a delegar y responsabilizar, a permitir y dejar hacer, y te sorprenderán los resultados. ¡Seguro!