Todos sabemos lo incómodas que pueden ser las reuniones, y no hablo del tiempo precioso que te roban la gran mayoría de ellas. Hablo de aquella extraña sensación de no estar a gusto en esa sala de reuniones insípida y tan poco inspiradora, escuchando y viendo slides tras slides plagados de líneas (por dios! Eso parece un memorándum) y donde uno acaba por desconectar.

También hablo de esas reuniones con tu equipo, con una mesa de por medio, donde es difícil conseguir que nadie de ellos se relaje del todo por muchos cursos y tutoriales del “buen líder” que te hayas hecho.

Y por supuesto, no nos olvidemos de: las destinadas a redefinir la estrategia de la compañía, a encontrar nuevas líneas de negocio, a preparar el plan de marketing del siguiente año, las que pretende pensar “out of the box” (pero seguimos metidos en las misma cuatro paredes de siempre), y así muchas de ellas.

Si algo de esto te suena familiar y también sabes que el ejercicio y la actividad física hace oxigenar mejor el cerebro, liberar el estrés, nos relaja y permite estar en mejor predisposición para pensar con más claridad y creatividad, ¿Por qué nos seguimos reuniendo siempre en las mismas salas?

Algunos diréis que es la única forma de presentar datos, otros que los ordenadores no son fáciles de llevar consigo, otros que coger notas andando no es lo más cómodo. Y es verdad, todos tenéis razón, no os la quito, pero… ¿Y si pruebas un día a salir con tu equipo a dar un paseo y charlar sobre el tema del día en el parque más cercano? Estoy seguro que todos vais a sentir sensaciones que ni se os habían ocurrido.

Estaréis más relajados comentando el problema, os sentiréis más libres para expresar vuestro punto de vista, nuevas ideas y pensamientos aflorarán a vuestra cabeza, podréis apuntar los puntos importantes en un pequeño cuaderno de mano que llevéis con vosotros y, lo mejor de todo, cuando volváis a la oficina estaréis revitalizados y oxigenados, con ganas de ponernos a trabajar en lo que acabáis de hablar y, encima, ¡Más sanos que antes de salir!

Marca una reunión andando con tu equipo, pruébalo, arriésgate y ya me contarás. Y lo mejor de todo, que si no te gusta la experiencia, siempre puedes volver a esa insípida sala.