No todo en la vida sale como esperamos, los hechos no siempre se dan como pensábamos, a veces las cosas se ponen peor de lo que imaginábamos.

¿Y…?

Es en esos momentos, es en esas situaciones, cuando tenemos que estar más dispuestos a dar lo mejor de nosotros, es cuando tenemos que levantarnos y aprender de lo ocurrido, es cuando debemos decir: “este muro, es más alto de lo que pensaba, pero encontraré la escalera para saltarlo”.

Y te estarás preguntando, ¿qué tiene que ver esto con deporte y trabajo? Pues todo. Si algo me ha enseñado el deporte a lo largo de estos años, es la increíble fuerza y ganas de seguir hacia delante que te da. Cuando las rectas dejan de serlo y las curvas pasan a ser difíciles de conducir, el deporte te ayuda a centrarte, a encontrar el equilibrio, a eliminar el estrés, a encontrar esa energía que creías perdida.

El deporte es una fuente inmejorable de felicidad y energía. Te activa, te despierta, te hace sentir bien, dispuesto a afrontar cualquier batalla que tengas por delante. Te hace encontrarte contigo mismo, a entenderte mejor y comprenderte, te despeja la mente y trae nuevas ideas, agudiza tu creatividad y te ayuda a cambiar el punto de vista de las cosas.

Si lo practicas sólo, refuerza tu fuerza de voluntad y te deja claro que puedes con esas curvas y mucho más. Si lo practicas en grupo, te ayuda a reír, a compartir y valorar las diferencias. Te enseña que juntos es más fácil superar los retos, que en las correctas combinaciones de talento está la virtud. Que las empresas somos todos.

Por todo esto, y mucho más, si estás pasando por un mal momento, si el trabajo se acumula y parece no tener fin, si tienes un reto importante por delante y te da respeto, si esa reunión fundamental se acerca y quieres llegar preparado, si el ambiente de trabajo nos es el esperado, si….

¡Levántate y sal a hacer deporte! Cálzate las zapatillas, coge la bicicleta, vete a esa clase de baile que tanto quieres, haz Pilates o vete al gimnasio, lo que quieras y más te guste, pero muévete.

Pronto te sentirás mejor, con energías y fuerzas renovadas. Tu estado de animo cambiará y con él, todo a tu alrededor. Eso sí, recuerda: sigue practicando, no lo dejes y verás como antes de lo que piensas esas curvas que venían… ¿Qué curvas?